A medida que el invierno avanza la discusión sobre las personas sin techo es impostergable

una persona sin techo sentada en el piso pidiendo comida
aproximadamente el 36 % de todos los usuarios de albergues en el sistema de albergues permanentes de la ciudad eran refugiados/solicitantes de asilo Foto: Cortesía de José Cardenas
Daniela León - CHHA - TorontoON | 16-12-2022
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A medida que el invierno avanza las opciones de acogida para las personas sin hogar se convierten en un recurso indispensable y la conversación pública y abierta también.

Es un asunto social y de salud pública explica la investigadora visitante del Centro de Soluciones de Salud Urbana del Instituto de Conocimiento Li Ka Shing, Unity Health Toronto, Cilia Mejía.
Es por esa razón que ella sugiere que educarnos, es decir, abrir espacios de reflexión y de conocimiento en este tema, son fundamentales para decidirnos por la participación ciudadana, romper el estigma y la discriminación.

Una de las alternativas para las personas sin techo son los shelters, pero “aún cuando son una solución temporaria que el gobierno pone disposición, no son suficientes. Por ejemplo, en Toronto, los shelters que hay disponibles no son suficientes para la cantidad de gente que está sin casa” explicó Cilia Mejía, Investigadora. 

Actualmente el plan de servicios de invierno para 2022 y 2023 de la ciudad de Toronto planificó espera dar acogida a unas 9,000 personas, lo que significan 230 espacios adicionales al sistema de refugio respectos a la misma temporada del año anterior. 

Información de ayuda para personas sin hogar en Toronto 

Varias organizaciones de defensa de vivienda han manifestado que esta capacidad es insuficiente y al igual que Megía llaman la atención sobre las condiciones que brindan estos espacios “estos shelter, no tienen las condiciones de calidad de una vivienda y la gente tiene que compartir espacios… no tienen condiciones sanitarias adaptadas, por ejemplo, para familias, para las familias con niños o para la gente que a veces tiene más necesidades de salud”.

Esta realidad se agudizó con la Pandemia. La organización Homeless hub dijo que en Toronto la pandemia de COVID-19 obligó a los albergues a reducir su capacidad en un 35 %. 

Según explicó la investigadora, que se ha dedicado a estudiar los factores asociados a estados de salud y sociales de los sin techo, hubo tres elementos relevantes que se presentaron en este tiempo por los que muchas personas sin hogar non pudieron o no quisieron acceder al sistema de refugios.

Primero “los espacios de shelter no eran suficientes, segundo no estaban adaptados para tener unas condiciones sanitarias en los que cada uno tenga su espacio. Y tercero, porque para mucha gente estos espacios no son seguros, son espacios donde no tienen su intimidad se exponen a violencia, se exponen a hacer maltratados.  

“Las personas sin hogar no son diferentes a nosotros a cada uno de nosotros. Si tenemos necesidades personales, ellos quizá tienen necesidades todavía más marcadas”, dijo. 

Según datos de la Ciudad de Toronto a partir de octubre de 2019, aproximadamente el 36 % de todos los usuarios de albergues en el sistema de albergues permanentes de la ciudad eran refugiados/solicitantes de asilo. 

Soluciones a largo plazo

Según Cilia Mejía, quien tambièn ha dedicado esfuerzos a evaluar la efectividad de intervenciones de programas como Housing First, que es una iniciativa para dar una vivienda regular a personas sin techo, este tipo de iniciativas son mucho más complementarias pues han dado mejores resultados a largo plazo. 

“Lo bueno de esta intervención es que se le da acceso a la vivienda sin ninguna condición” explicó Mejía, pues explica que normalmente los otros programas establecen condiciones previas al acceso de una ayuda. “Piden mejorar tu estado de salud mental, mejorar tu adiciones, cumplir o llevar un proceso de rehabilitación… antes de que sean viables para la vivienda”.  

En el caso de estas iniciativas lo más importante es dar una vivienda y después enfocarse en ayudar a estas personas a mejorar diferentes aspectos.  

El programa que empezó a implementarse en Toronto desde el 2009 ha mostrado, según la investigadora, que “permanezcan bajo techo (lo que no es una obviedad)” 

Los beneficios se ven el momento de establemente bajo vivienda porque “la gente que mantiene más tiempo una vivienda estable puede concentrarse en mejorar sus otras necesidades, por ejemplo sus estados de salud físicos”. Aunque esto, en palabras de la investigadora, tampoco es suficiente para solucionar el problema. 

En la siguiente entrevista encontrarás más información sobre este tema:

Algunas referencias sobre Hounsig First:
Toronto North Support Services: https://www.tnss.ca/the-access-point/

Across Boundaries, for racialized communities: http://acrossboundaries.ca/get-help/

Cota: https://theaccesspoint.ca/about/  and https://theaccesspoint.ca/resources/