Reflexionar sobre el tráfico humano es una urgencia mundial producto de la persistencia de este delito que cada año victimiza a 1.2 millones de personas, y uno de sus objetivos es el tráfico sexual. Un delito del cual en Canadá aún se necesitan datos completos que vayan más allá del género y la edad, según investigadora.
En Toronto, el Mary Ward Centre lleva a cabo una intensa campaña de recopilación de datos y difusión de información durante aproximadamente un año. Por ello, y a propósito de que recientemente se conmemoró los 75 años de la declaratoria de DDHH, Eva Rodríguez, Coordinadora de Educación y Prevención de Trata de personas de Mary Ward Centre, reflexionó sobre el tráfico humano con fines sexuales en CHHA 1610 AM.
Según la investigadora, la información es una de las herramientas más poderosas en contra del tráfico humano, “conocer es prevenir” dijo ella. Pero este concepto va en dos vías, una ciudadana y otra es un esfuerzo de los Estados.
Desde el punto de vista de la difusión de información para la comunidad sobre qué es, como opera y cuáles son las banderas rojas (entre otros datos); hasta la capacidad de un Estado para recopilar la información detallada que permita enfocar la política pública hacia las zonas más vulnerables.
Por ahora existen algunas generalidades que nos dejan entender cómo se plasma este delito en Canadá. Según explicó Eva Rodríguez, las personas más vulnerables son las mujeres. “Más del 70% de víctimas de tráfico con fines sexuales son mujeres y de esas mucho más vulnerables son jóvenes y niñas” dijo.
Esta información es acorde con la información publicada por Statistics Canada que refleja que de los 2.977 incidentes de trata de personas reportada por los servicios policiales de Canadá (entre 2010 y 2020) el 96 por ciento de las víctimas eran mujeres y niñas.
Para Rodríguez tener información es fundamental para construir políticas públicas de prevención y protección focalizada, pero “desafortunadamente no se entregan datos sobre la procedencia” de las víctimas, explicó, pues asegura que en Canadá solo se ha determinado edad y género y no se ha profundizado en procedencia.
“Dicen que el 93% de las víctimas nacieron en Canadá, pero detrás de esto hay algo, y es que las mismas Naciones Unidas ha preguntado (a Canadá) ¿si son 100% canadienses?, ¿son primeras o segundas generaciones de familias que han migrado a Canadá? ¿Tienen algún tipo de características raciales?, eso es lo que no sabemos…” explicó.
A pesar de aun no contar con el detalle de esa información, debido al diálogo paralelo que hay entre varias organizaciones en Toronto, la investigadora puede sostener que uno de los grupos más vulnerables es la población migrante.
“Las poblaciones migrantes, las poblaciones refugiadas, las poblaciones que llegan son poblaciones -por varias características- más vulnerables” sostuvo la investigadora. Las razones son casi obvias “el no manejo del idioma, no poder conseguir trabajo con la prontitud que uno quisiera o el tipo de trabajo que uno desearía conseguir, el no contar con un permiso de trabajo…”
También el Canadian Human Trafficking Hotline publicó recientemente, lo que ellos llaman “el primer conjunto de datos nacional sobre la trata de personas”, este documento reconoce que es necesario trabajar en mejorar los procesos de recolección donde persisten vacíos de información. “Se necesitan más datos para arrojar luz cómo la trata de personas impacta a grupos históricamente marginados, incluidos indígenas, negros y comunidades 2SLGBTQI+, trabajadores migrantes y aquellos con situación migratoria precaria” detalla el documento.
En la siguiente entrevista podrás escuchar algunas reflexiones adicionales sobre el tráfico humano con fines sexuales. Eva Rodríguez brinda ejemplos de cómo ocurre la captación de víctimas, cómo notar banderas rojas, y qué lugares podemos encontrar en Canadá y, específicamente, Toronto para obtener ayuda para personas víctimas de tráfico.
Lineas de ayuda: